La Unidad Alquímica secreta de Heirich Himmler


Heinrich Himmler

Los altos mandatarios nazis creían que podían convertir la arena o la tierra en oro, al menos eso parece demostrase con la aparición de un nuevo libro cuyo autor afirma haber descubierto las pruebas de la existencia de un Equipo Secreto de Alquimia ubicado en Dachau.

Heinrich Himmler jefe de la fuerza policial de las SS, fue convencido de que los metales podrían ser tratados mediante alquimia en oro con el que se podría costear los altos precios de la guerra. Por ello los nazis crearon una Unidad Secreta en el campo de concentración de Dachau antes del comienzo de la II Guerra Mundial para lo que se nombro a Karl Malco, alquimista que convenció a Himmler de los procesos alquímicos para obtener oro.

Sin embargo, lo que no sabían los nazis es que Malco podrían haber sido un agente doble que trabajara también para los británicos en 1938, justo el momento en que convenció a Himmler sobre sus creencias.


El autor de “Los Alquimistas de Hitler: El Secreto de los intentos de Fabricación de Oro en Dachau” , es Helmut Werner quien explica como Malco vivió en Inglaterra hasta los primeros meses de ese año, hasta que se puso en contacto con Himmler para ofrecerle sus talentos únicos, que naturalmente eran una estafa. Malco consiguió su propósito y fue establecido en Dachau, pero no como un prisionero, sino como el mejor lugar para llevar a cabo sus experimentos de forma secreta.

Malco explicó a Himler que para el proceso necesitaría parafina, piedras y el lecho del suelo del río Isar en Munich, con lo cual produciría cantidades ingentes de oro. Todos los involucrados en la investigación fueron cuidadosamente observados y elegidos para que no introdujeran oro de contrabando que luego hicieran pasar por oro artificial. Con lo que no contaron fue con que Malco escondiera pepitas de oro en sus cigarrillos, pepitas con las que convencería a Himmler sobre sus capacidades y del éxito del “experimento”.

Campo de concentración de Dachau

Pese a todo Himmler no era un necio y a las pocas semanas descubrió la trampa de Malco, encerrando al mismo en Dachau esta vez sí como un prisionero más. Además fue amenazado de muerte si alguna vez contaba algo sobre su relación con el propio alto cargo de las SS. Malco tras la guerra trato de hacer una carrera en Alemania con sus trabajos de Alquimia, pero murió en la década de los años 50 sin experimentar ni un solo éxito.

Opinión: Suponiendo que toda esta rocambolesca historia fuera cierta, se nos antoja un tanto extraño que después de la enorme ofensa, Himmler se limitara a amenazarlo y sencillamente a acabar con su vida, lo que hace un poco menos creíble esta historia.